Patrimonio
Las reliquias de San Prudencio, el tesoro reclamado y codiciado por Álava
A lo largo del último milenio los restos del patrón de los alaveses y alavesas ha pasado por varias reclamaciones por parte de la instituciones del territorio e incluso de un presunto secuestro
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Desde el siglo X los restos de San Prudencio comenzaron a dispersarse por distintos monasterios y templos desde su supuesto lugar originario de enterramiento, en el Monte Laturce, en el municipio riojano de Clavijo. Hasta finales del siglo XVI Vitoria-Gasteiz no contó con reliquia alguna a la que venerar. En 1580, el Doctor Zurbano, canónigo de la Colegiata de Vitoria -actual Catedral de Santa María- acudió a solicitar una reliquia del santo cuerpo para poder conservarla en tierra alavesa y así lo hizo.
Casi 250 años más tarde, en noviembre de 1829, las Juntas Generales acordaron solicitarlas. Para entonces las reliquias del santo habían sido ya trasladadas a Logroño desde Monte Laturce y es la que se venera en la procesión del día 28 de abril. Además con motivo del centenario de la diócesis, en 1962, el sarcófago con las reliquias fue traído a Vitoria-Gasteiz y, tal y como relató años más tarde José Maria Sedano, llegó a idearse un plan de secuestro por parte de un grupo de seminaristas que habían pensado hacerse con el botín cuando la urna se encontrase en la calle Magdalena, donde iba a descargarse del vehículo que la trajo de Logroño para colocarla en una carroza. Al parecer el rapto no llegó a buen puerto porque la arqueta fue velada fuertemente en todo momento, tras enterarse los acompañantes de las reliquias del osado plan.