PATRIMONIO
Salinillas de Buradón, villa amurallada y palaciega
La defensa del Ebro, es la propuesta de excursión de Álava Medieval para conocer este concejo de la Cuadrilla de Rioja Alavesa y el vecino de Portilla, en la Cuadrilla de Añana
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Salinillas fue un pueblo que surgió al abrigo de Buradón, uno de los cuatro grandes castillos que defendían la frontera natural del Ebro durante la ocupación musulmana. El nuevo emplazamiento de la villa fue escogido por tratarse de un cruce de caminos y por las cercanas salinas, que estuvieron en funcionamiento desde el siglo XII hasta el XIX, cuando se abandona la producción. La sal era un elemento de gran valor en la Edad Media y era el gran motor económico de esta aldea. En tiempos de Alfonso XI las salinas fueron de explotación real, pero luego la producción pasó a ser libre a cambio del pago de un canon fijo al rey.
El recinto urbano de Salinillas todavía conserva gran parte de sus murallas medievales y además el acceso norte, que estamos contemplando ahora mismo, y el sur casi intactos. Esta maciza torreta, de tres plantas, conserva algunos de los elementos defensivos más característicos de la Edad Media, como las ventanas saeteras del segundo piso, por donde transcurría el paso de ronda, y en el tercero, un pequeño vano de observación y ataque. Su muralla, de buena mampostería, todavía se conserva en bastante buen estado y enlaza las cuatro puertas con las que contaba la villa: una en cada uno de los puntos cardinales. Pero vamos a dirigirnos hacia el interior para ver alguno de los edificios más emblemáticos que todavía conserva.
Al lado de la iglesia parroquial estaba la torre que perteneció a los Sarmientos y Ayalas, señores de esta villa. En el siglo XIV el Conde de Oñate, Don Iñigo Vélez de Guevara, heredó el torreón y decidió rodearlo por el palacio del bajo renacimiento cuyos restos hoy en día podemos ver.