Cultivar germinados en casa sin necesidad de huerta

Para empezar hay que limpiar bien con agua la variedad de semillas que se desea germinar. Una vez lavadas y escurridas en un bote de vidrio que esté bien limpio. Llenamos el bote con agua hasta que las semillas estén cubiertas y dejarlas a remojo toda la noche. Al día siguiente colarlas para quitar toda el agua. Las semillas en este momento habrán aumentado su tamaño, pero no deben superar la ¼ parte del frasco, si así fuera dividir en dos frascos. Colocamos una gasa o una tela en la boca del bote y atar. Llevamos los tarros a un lugar oscuro o cubrimos con un trapo.
Todos los días, enjuagamos las semillas con agua limpia, escurrirlas, volvemos a tapar la boca del bote con la tela y llevamos de nuevo a un lugar oscuro. Pasados 5 días en el caso de las semillas de lentejas -cada semilla tiene su tiempo de germinar- los germinados ya estarán listos. Pero también conviene colocar los germinados un par de horas al sol para que la clorofila se estimule y los cotiledones se pongan verdes.