Una mirada personal al río Tinto, en el museo de Ciencias Naturales

El Tinto no es un río cualquiera. Su alta concentración de azufre y hierro da a sus aguas un color rojo natural. De hecho el parecido con Marte de esta cuenca minera, la ha convertido en un laboratorio científico y también en un paraíso para la fotografía. Son imágenes que a primera vista parecen pinturas debido a la rica paleta de colores que se concentra en este río onubense. El director del museo de Ciencias Naturales, Jesús Alonso, afirma que todo el mundo que llegaba allí pensaba que todo aquello era contaminación y eran incapaces de ver que se trataba de un ecosistema. Alonso cree que la mirada artística y científica coinciden de manera entrañable y bonita en estas imágenes.

La fotógrafa Begoña Sánchez, por su parte, es de Bilbao pero vive a media hora de distancia del río Tinto. La muestra que ha traído a Vitoria está compuesta por veinticinco imágenes de carácter abstracto. Son sus visiones del rojo de las aguas, el amarillo del azufre depositado en las rocas o el ocre de los fangos. Su formación como bióloga le ha dado una mirada microscópica. De hecho algunos fotografías se parecen, por ejemplo, a imágenes ampliadas del riego sanguíneo. La autora dice que ha intentado transmitir y captar lo que ella visualmente quiere extraer del río: la belleza en las aguas, en los fangos y en todas las formaciones que quedan como residuos de los minerales. "Visiones. Una mirada personal al río Tinto" es el nombre de la exposición que permanecerá abierta hasta mayo en el museo de Ciencias Naturales.