Dandismo: la primera tribu urbana

El dandismo fue una corriente contestataria y germen no solo de la moda masculina actual, sino también de conceptos como el de tribu urbana, celebridad o derechos de imagen.

Pese a la frecuente confusión, dandismo y elegancia no son, como veremos, términos que puedan usarse como sinónimos.

Al adentrarnos en la figura del dandi, y, por extensión, en el dandismo, nos encontramos con una primera dificultad que tiene que ver con la propia definición del término.

Según explica la periodista Edurne Baz, Con carácter general, tendemos a definir al dandi como una persona elegante. La propia RAE se ciñe a tal acepción, cuando lo describe como un "hombre que se distingue por su extremada elegancia y buenos modales".

Se trata, en efecto, de una definición correcta. Pero sin duda incompleta. Al menos, si atendemos a los argumentos de quienes, en términos académicos, se han aproximado a la figura del dandi. Uno de los más destacados nombres en este campo es el del poeta, narrador, ensayista, crítico literario y traductor español Luis Antonio de Villena, para el que "un dandi es una persona que utiliza el vestido como una manera de disidencia; es decir, se viste bien, con prendas buenas, pero nunca como los demás. Introduce elementos transgresores en su forma de vestir". 

En esta primera aproximación, el autor introduce, como vemos, un término que resulta esencial para entender el dandismo: la disidencia. Y, en paralelo a este afán disidente, la segunda premisa del dandismo es, en efecto, una consciente apuesta estética.