Centenario
Eduardo Chillida: el escultor que peina el tiempo
EITB MEDIA
Jabo H. Pizarroso nos acerca una de las obras más famosas del escultor donostiarra: El Peine del Viento en las faldas del monte Igeldo y en uno de los puntos donde termina la capital donostiarra
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El pasado 10 de enero se cumplía en centenario del nacimiento de uno de los artistas más reconocidos y sorprendentes que hemos tenido en Euskadi. Nos referimos a Eduardo Chillida: uno de los escultores que mayor impronta ha dejado en la memoria de nuestras calles, un artesano del hierro y del acero que siempre trató de llevar la filosofía de su inquietud a la textura táctil e una obra que todavía nos sorprende y nos interroga desde su tonelaje de sabiduría.
¿Quién no ha caminado absorto en el paisaje de una ciudad que va dejando atrás, en uno de los laterales de la Bahía de la Concha y se ha internado en el mar sin estar dentro del mar, justo bajo el monte Igeldo? ¿Quién no ha sentido bufar las olas del cantábrico sobre sí mismo en la explanada de bloques de piedra y géiseres desde la que se ve el Peine del Viento?
Jabo H. Pizarroso nos cuenta los detalles del lugar, la escultura y el material que Eduardo Chillida utilizó para elaborar una de sus obras más importantes.