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Memoria histórica

"Después de salir de Cuelgamuros me quedé súper tranquila y en paz"

EITB MEDIA

En Radio Vitoria Gaur hablamos de la historia de una familia, como tantas otras, quebradas en un momento de sus vidas. La de Estíbaliz Lafuente Fernández de Larrinoa y la de su hijo Xabier Romero. Buscan a su tío Florencio Fernandez de Larrinoa que murió durante la Guerra Civil

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Es la historia de nuestro pueblo, de la guerra. El Valle de Cuelgamuros que cambió su nombre tras la reciente entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática está considerado la mayor fosa común de España. Hay enterrados 33.833 restos de víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil. 618 cuerpos enterrados en Álava fueron trasladados al  Valle de los Caídos en Madrid entre 1959 y 1961.

Según el informe sobre traslados desde Euskadi a Cuelgamuros 497 de estos enterrados estaban identificados. Sin embargo, otros 120 no lo estaban. Un informe encargado por el Gobierno Vasco revela que en 1959 se trasladaron 29 presos tras conseguir el Gobierno la pertinente autorización familiar. Ese mismo año se exhumaron otros 170 restos del cementerio de Santa Isabel, que quedaban en el depósito de cadáveres del camposanto a la espera de obtener las autorizaciones familiares necesarias. Muchas de estas autorizaciones no llegaron.

El informe Gogora deja ver, además, que entre los restos identificados había muchos soldados fallecidos y pertenecientes al bando franquista. También había fallecidos republicanos e, incluso, algunos no pertenecientes a ninguno de los bandos.

En Radio Vitoria Gaur leemos los diarios que Florencio escribió y escuchamos el emotivo testimonio de Estíbaliz Lafuente Fernández de Larrinoa y de su hijo Xabier Romero. "Después de salir de Cuelgamuros me quedé súper tranquila y en paz", afirma la sobrina de Florencio Fernandez de Larrinoa que perdió la vida durante la Guerra Civil. Fue enterrado en el cementerio de Santa Isabel y trasladado a Cuelgamuros.

Anhelan poder enterrarlo en su querido pueblo, en Acosta, Álava. No es un trabajo sencillo, las malas condiciones de conservación de los restos humanos lo convierten en una misión muchas veces prácticamente imposible pero ellos, desde la serenidad, sienten que su misión, esa que comenzó hace cuatro años, ha valido la pena.  La Familia de Florencio, Estíbaliz y Xabi, son conscientes de que identificar los restos de su tío será difícil o incluso imposible, pero visitar Cuelgamuros y comprobar que el equipo del antropólogo forense Paco Etxeberria lo está intentando, les ha llenado de paz.

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