Canciones de las grandes películas del cine

Se va setiembre. No sabemos hacia dónde porque desconocemos dónde mueren los meses o dónde se esconden.
Un mes, el gajo de una estación, un segundo, tres minutos en el recuerdo, un puñado de días en los que nos hemos llenado de tiempo, de recuerdos, puede que también de ilusiones y fracasos grabados con punta en el corazón.
Una estación son tres meses aproximados de algo llamado tiempo que nos interroga.
Los seres humanos estamos hechos de tiempo al igual que nos construímos de carbono y oxígeno.
Con estas preguntas tan esenciales y tan filosóficas entramos en un laberinto.
¿Existe una llave para salir del laberinto del tiempo y para entrar en él cuando queramos? El tiempo es la dimensión más desconocida que existe y a la vez la que tenemos más cerca. El cine ha sido y es la expresión artística que más ha trabajado con esa sustancia humana llamada tiempo.
Un director ruso llamado Tarkovsky escribió uno de los grandes libros sobre el cine y lo tituló: Esculpir el tiempo.
Para eso se hacen las películas, para esculpir el tiempo, para tallarlo, para amasar formas nuevas con la materia de lo recordado y con la brisa de lo imaginado. Para todo esto se escriben las canciones.
Tenemos la llave para entrar y salir del laberinto del tiempo.
Nuestra llave es la música, nuestra llave son las canciones de las grandes películas del cine.
Y de nuevo, como hace quince días, nos acercamos a ellas, a esos temas que nos abren el laberinto del tiempo.

Como hace dos semanas hoy traemos una selección de siete canciones que tienen una película dentro, que nos acercan a una película que vimos alguna vez o que no hemos visto pero que podemos ver nada más escuchar la canción.