Gogora y Gorospe
El Blues del Funeral-Bus
EITB MEDIA
Los autobuses llenos y las iglesias medio vacías. Muchos jubilados de Vitoria se iban de turismo por Álava, aprovechando los buses que organizaban las familias de los finados para llevarles a los funerales de los pueblos
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Acompañar a la familia de un fallecido más o menos cercano es una de esas acciones de solidaridad y amistad instaladas desde tiempos ancestrales en la sociedad. Un acto de amistad y de acompañamiento en esos momentos durísimos de dolor que, de alguna manera, servía para reconocer la amistad o la proximidad, incluso vecinal, al finado. Hasta la colocación en el interior de la iglesia, durante el funeral, respondía a una clasificación jerárquica, si lo pensamos bien, que reflejaba, bueno, aún lo hace, la proximidad a la familia del que ha pasado, como dicen los creyentes, a mejor vida. Aunque a estas alturas del siglo XXI hombres y mujeres se mezclan ya en el reclinatorio de las penitencias, en las filas delanteras siempre van los familiares cercanos y los de ultramar, si el muerto tenía alguno. Después, los amigos más próximos y familiares de su pareja, si la tenía, o de sus hijos. De los reconocidos, claro, los bastardos se escondían entre la muchedumbre si el funeral era multitudinario. Si era de poca monta, existen casos documentados de hijos no reconocidos escondidos en los confesionarios. En fin. El advenimiento de la modernidad, y la configuración de Vitoria como una ciudad aluvión a la que llegaban muchas familias de los pueblos de la llanada, Rioja alavesa y de otros lugares de España, generó en los años 90 una moda que, aun siendo pasajera, merecía del estudio sociológico y profundo, además de respetuoso que hicimos en el periódico. Se trataba del Funeral Bus. Un funeral es muy serio, pero ¿qué sería de los seres humanos si no somos capaces de tirar de picaresca, de reírnos, incluso a mandíbula batiente, de algo tan tocho, trasnochado, y a la vez tan necesario como un funeral?
En "Gogora y Gorospe", este espacio de Radio Vitoria Gaur, recordamos cosas que han pasado en Vitoria, y en Álava, sucesos que nos impactaron en su día, nos sorprendieron e incuso nos divirtieron. Y lo hacemos con la ayuda del periodista Pedro Gorospe. Esta semana recordamos esta historia tan divertida como real.