En Vitoria-Gasteiz
Celedón se vistió de verde para deleite de Juanito y sus Yacarés
El equipo de conquistadores dirigido por el montañero alavés ha superado con solvencia al equipo Coatí capitaneado por Patxi Hernández.
Juanito Oiarzabal cerraba el mandato de Korta y lo hizo a lo grande firmando su segunda victoria tras salvar el honor de su gran amigo en Orio. Cuatro victorias de seis, parece una buen balance para recuperar el honor que reclamaba el viejo zorro de Ortzaika, a pesar de los claro oscuros en el rendimiento de los legendarios capitanes.
Oiarzabal jugaba en casa y al contrario de otros capitanes, esto le daba confianza. Además, los enemigos que esperaban al gasteiztarra no le eran desconocidos y ese detalle le motivaba aún más.
Patxi Hernández lideraba las filas Coatíes. El Ertzaina se quería sacar la espinita del último 'Conquistador del Fin del Mundo', por eso la selección de su equipo la hizo a conciencia, pero cuando vio a los Yacarés, le asaltaron las primeras dudas.
Duelo de capitanes
En la gizon-proba de la Plaza del Machete, Patxi superó a Juanito Oiarzabal en el mano a mano, pero eso no fue suficiente, ya que según se fueron sumando integrantes a la prueba, las fuerzas se equilibraron y en los últimos metros el equipo Yacaré superó al Coatí dejando a Patxi con la miel en los labios.
Para Juanito, el colofón llegó con la comida y el mismo se encargó de poner la nota de color arrancándose con unas joticas, ayudado por el navarrico Óscar. Aún quedaba el desafío final, pero el montañero no parecía temer por la victoria, es más, entre todos acordaron rechazar la ventaja que les correspondía para el desafío final.
Desafío final
La Virgen Blanca enmudeció al ver el desafío. El 'Conquistour' quiso adelantar las fiestas de Vitoria haciendo un guiño a Celedón, guiño envenenado para los concursantes que tuvieron que ascender por la interminable tirolina de la plaza gasteiztarra.
Los de Patxi se desinflaron antes de lo esperado y la prueba se tornó en un nuevo paseo triunfal para los Yacarés, la guinda del día para un Juanito Oiarzabal exultante ante su ciudad.
Por el contrario, la espinita de Patxi se clavó un poquito más, porque todo el equipo Coatí se quedó con las sensación de que tenían equipo para dar mucha más guerra.