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Reportaje

185 prisioneros vascos, en los campos de concentración nazis

EITB

Con motivo del Día Europeo de la Memoria del Holocausto, 'El mundo según LND' se ha estrenado con El pianista de Polanski. Félix Linares nos ha desvelado datos sobre los vascos y el exterminio nazi.

Esta semana se ha conmemorado el Día Europeo de la Memoria del Holocausto, una jornada instaurada por la Unión Europea, hace ya una década, para rendir homenaje a todas las víctimas del régimen nazi. Y se escogió la fecha del 27 de enero porque precisamente ese día de 1945, el ejército aliado liberó el campo de concentración de Auschwitz. De modo que se ha cumplido el 70 aniversario de su liberación.

Esta conmemoración ha motivado la elección de la película del estreno del programa 'El mundo según LND' presentado por Félix Linares: El pianista, de Roman Polanski, protagonizado por Adrien Brody. El programa ha revelado varios datos curiosos sobre los vascos, los nazis y los campos de concentración.

Y es que los vascos también sufrieron las consecuencias del Holocausto. Hubo 185 prisioneros vascos, en los campos de concentración. Entre ellos, el entonces joven Marcelino Bilbao. Era un joven huérfano, nacido en el municipio vizcaino de Alonsotegi en el año 1920. Con sólo 16 años se alistó en un batallón de la CNT, durante la Guerra Civil alcanzó el grado de Teniente, por supuesto en el bando republicano, y tras la victoria franquista buscó refugió en Francia. Pero como tantos otros refugiados republicanos en suelo francés, acabó en manos de los nazis. Fue destinado al campo de Mauthausen.

De los 88 muertos vascos en campos de concentración, murieron 56 en Mauthausen. En ese campo es donde los nazis habían decidido encerrar a los que consideraban "enemigos políticos incorregibles", y en esa categoría estaban las tropas de la República española, los defensores del nacionalismo vasco, y los miembros de la resistencia francesa, entre los que había muchos vascos de Iparralde. Por eso Mathausen estaba lleno de vascos

La cantera de Mauthausen era el lugar donde casi todos los vascos del campo realizaban trabajos forzados. Sus paredes más altas alcanzaban los 40 metros de altura, lo que fue aprovechado por algunos prisioneros judíos para suicidarse, lanzándose al vacío. Por eso los nazis acabaron poniendo una ametralladora en lo alto de la cantera, para matar a los que intentaran quitarse la vida.

La esperanza media de vida en un prisionero era de sólo 9 meses. Pero Marcelino Bilbao salió vivo de Mauthausen después de pasar 5 años allí. Y en todo ese tiempo, estuvo a punto de morir 3 veces: por una herida en la cabeza que sufrió al ser golpeado por un pico, por una fiebre alta que mantuvo en secreto para que los nazis no pensaran que ya no podía trabajar, y por un experimento médico realizado en el campo: le inyectaron compuestos tóxicos directamente en el corazón, para ver qué compuestos causaban antes la muerte, y cuáles provocaban más dolor. En ese experimento en particular, se usaron a 30 prisioneros como cobayas… y sólo hubo 7 supervivientes, incluyendo a Marcelino.

Pero lo más asombroso es que, cuando acabó la guerra, y sin medios de transporte a su disposición, el indomable Marcelino aún encontró fuerzas para ir hasta París caminando. Ya en la capital de Francia, fue acogido en casa de un matrimonio vasco. Y al final, se casó con la hija de ese matrimonio. Desde entonces vivió en Poitiers. Allí, Marcelino Bilbao falleció el año pasado, a la edad de 94 años. Con su muerte, perdimos al último superviviente de los prisioneros vascos en campos de concentración.

concentración.

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