'La Noche de... Tiburón'
Tiburón, el rodaje más tormentoso de Steven Spielberg
EiTB
En el cuarenta aniversario de este clásico del cine, conocemos los detalle de su catastrófico rodaje.
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Con intención de conmemorar el 40 aniversario del primer blockbuster de la historia, ‘La Noche de…’ ha hecho un homenaje a este clásico del cine moderno.
Tiburón fue, en su momento, la película más taquillera de la historia, consiguiendo rebasar los 100 millones de dólares de recaudación, una cifra que, por entonces, parecía imposible de alcanzar. Este éxito fue posible gracias a su arriesgada estrategia de producción, ya que, al contrario que todos los taquillazos de la época, Tiburón se estreno en verano y se publicitó masivamente por televisión.
Además de su curiosa campaña publicitaria, la proyección de la película también fue a lo grande. Y es que Tiburón se estrenó en 400 salas a la vez, abarcando mucho más territorio que el de las grandes ciudades. La película llego a atraer, solo en Estados Unidos, a 67 millones de espectadores.
Después de su estreno, Tiburón recibió cuatro nominaciones al Oscar, incluida la de mejor película del año. Además, gano tres Oscar en las categorías de mejor montaje, mejor sonido y mejor banda sonora. El compositor de esta fue el genial John Williams, que consiguió, que cuarenta años después de su estreno, esta banda sonora siga siendo terrorífica. Y eso que toda la partitura se basa en la repetición continua de las notas mi y fa.
Tan impactante como la música fue el trabajo de Steven Spielberg como director. Tenía tan solo 28 años y se ganó a pulso la etiqueta de niño prodigio. Pero no todo fueron buenas noticias y alabanzas; el rodaje de la película fue de lo más tormentoso. Para empezar, el tiburón mecánico que construyeron no funcionaba la mayoría de las veces y por eso, sólo vemos al tiburón durante cuatro minutos en toda la película.
Pero es que además, el barco en el que navegan los protagonistas se hundió dos veces y el actor que encarna al capitán, el británico Robert Shaw, estaba siempre borracho y haciendo la vida imposible a su compañero, el actor Richard Dreyfuss.
Además de los problemas entre los actores, el rodaje del film se alargó interminablemente. Los 52 días planteados inicialmente acabaron siendo ¡155 días! Según cuentan, hubo un día en el que Spielberg sólo consiguió filmar doce segundos de película, para desesperación de los productores, que estuvieron a punto de despedirle.