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Donostia Saria

Almodovarrek tragediak fikzioetarako bakarrik uzteko eskatu du Donostia Saria jasotzeko galan

Mikel Dominguez | EITB Media

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Espainiako zinegileari ohorezko saria eman dio Donostiako Zinemaldiak, eta berak bere bizitzako pasioa aldarrikatu du, guztiari zentzua ematen dion zinema.

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Pedro Almodóvar, tras décadas de intensa carrera en la dirección acudiendo al Festival de Cine de San Sebastián, ha recibido por fin su Premio Donostia, arropado por el equipo de su último estreno, La habitación de al lado, primera obra en inglés.

El director manchego, como en casa en la capital gipuzkoana, ha recibido el premio de manos de Tilda Swinton, una de las estrellas, junto a Juliane Moore, de su película "estadounidense". La actriz, que en La habitación de al lado encarna a una reportera de guerra que decide hacer uso de la eutanasia, ha elogiado a Almodóvar por su gran contribución a la cultura mundial.

El premiado se ha mostrado muy agradecido a lo largo del día por la presencia en la gala de Mr. Handsome, también conocido como Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, y sus primeras palabras han sido un agradecimiento "por apoyar a la cultura".

En su discurso, tras una de las ovaciones más sonoras que se recuerdan en el Kursaal, ha reivindicado su pasión por el cine, que ha dado "dirección" a su vida. "Probablemente me ha salvado de muchos peligros", ha dicho.

Ha asegurado que seguirá haciendo películas hasta cuando todo le falle: "Malas, supongo, pero incluso a eso estoy dispuesto, porque la alternativa es el vacío".

Almodóvar se ha acordado de su productora, El Deseo, que dirige con su hermano, y no ha olvidado la larga lista de actrices y actores que le han acompañado en sus obras, desde Carmen Maura hasta Verónica Forqué, pasando por Penélope Cruz o Juan Diego Botto.

Acompañado de Swinton, que mostraba un pin en apoyo a Gaza, ha dejado un claro consejo pegado a la realidad: "Hagamos lo posible por que las grandes tragedias, el dolor cotidiano, la incomprensión, la mentira, la falta de empatía, la injusticia social, el odio y todo lo negativo, hagamos que pertenezca a la ficción, y que la vida real transcurra en modo justo y en paz".

El director sabe que pide "demasiado", "pero siempre he sido así", y espera dejar todo ello para las pantallas, donde seguirá contando historias en libertad, sin esperar a recibir permiso: "Mi vida no tiene sentido sin el cine".

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