"Un periodista precario tiene menos libertad de prensa; es más vulnerable a la autocensura y las presiones"

El último informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) ha rebajado al puesto 32 la posición de España en el ejercicio de la libertad de prensa. Un descenso que para la vicepresidenta de RSF Edith Rodríguez supone un "estancamiento". Y aunque hay elementos para la satisfacción, como la derogación de la Ley Mordaza y de los delitos de opinión, el contexto económico que atraviesan los medios hace que la profesión, lejos de avanzar, retroceda. En cabeza de todos los problemas, asegura, está la precarización económica "casi ya cronificada". Y sus consecuencias, advierte, son claras: "Un periodista precario es un periodista con menos libertad de prensa porque es un periodista muchísimo más vulnerable a la autocensura y a las presiones al no estar amparado por ningún medio".

Desde la plataforma Periodismo Constructivo, su director Alfredo Casares, no sólo confirma el diagnóstico de RSF, sino que añade a la precariedad la polarización mediática. Una deriva que lleva a un periodismo "frentista", que es "puro espectáculo" y en el que se prima la opinión más que la información. Un 'modelo Fox News' que acaba por contaminar otras áreas del periodismo, como lo internacional, lo social o lo cultural. Y por esa polarización, sentencia Casares, un tercio de la población ha abandonado el consumo de medios. "La cifra más alta de los últimos 15 años" en desafección social, apuntilla.

Ante este panorama, ambos expertos apuntan a la necesidad de avanzar hacia "un New Deal" del periodismo. Reconstruir la profesión para que, desde el compromiso, se analice y se cuente la realidad "de una forma más equilibrada, más justa y constructiva". Y eso pasa, advierten desde RSF, "por regular el espacio digital".